El profundo dolor por la muerte de Mariel Arevalo, un puntal de la mujer en la policía

La muerte es parte de la vida, pero no la terminamos de asimilar cuando llega en lo que uno considera antes de tiempo; por eso el dolor de quien nos deja en ese "antes de tiempo", y particularmente cuando se trata de una persona con una inmensa cantidad de valores, y que en su labor de policía tanto ha dejado.
Mariel fue de esas mujeres policía que se mimetizó con el uniforme allá a finales de los ochenta y principio de los noventa en que decidió ingresar a la fuerza como agente; pero luego dar un salto cualitativo al ir a la Escuela de Oficiales, para ser la jefa de la Comisaría de la Mujer en 2013.
La investigación del famoso caso del “violador del centro”, que mantuvo en vilo a la ciudad en los últimos dos años del siglo anterior, hizo que la oficial de policía entendiera que las mujeres víctimas de abuso sexual fueran asistidas por oficiales varones sería perjudicial tanto para la salud de esas mujeres como de la investigación, lo cual -después de tiempo y especialización por parte de la fuerza- la llevaría a liderar la comisaría de la Mujer por 12 años.
Arévalo denunció hechos de violencia de género, sosteniendo a las anteriormente ignoradas denunciantes con el apoyo y la contención del grupo de trabajo de la comisaría, destacando la valentía y la importancia de que las mujeres denuncien estos casos. “No sabemos si hay más violencia o si hay más mujeres que denuncian las agresiones. El trabajo de los medios tuvo y tiene mucho que ver como para que la gente conozca sus derechos”, aseguraba por entonces.
Mariel Arévalo, quien fue la primera mujer en asumir el cargo de una sección del área de investigaciones de la policía santafesina y quien estuvo a cargo de la comisaría de la Mujer en Santa Fe, falleció este sábado a los 53 años tras una larga enfermedad.
Devota de San Expedito y aficionada al teatro, actividad a la cual le dedicó mucho tiempo de su vida, Arévalo comenzó su trayectoria en 1989 en Seguridad Personal como agente, a los 19 años. Era la única mujer entre más de 40 efectivos varones, luego pasó a ser oficial.
Estudió abogacía, tuvo una licenciatura en Seguridad Pública y dedicó los últimos años de su vida a trabajar como docente en el Instituto Superior de Seguridad Pública (Isep) y estaba jubilada desde hace dos años.